lunes, 3 de mayo de 2010

Las lentillas, para cuando


Siempre surge la misma pregunta, ¿cuando puede un niño ponerse lentillas?

Es evidente que las gafas pueden resultar algo más molestas que las lentillas para niños. A nivel estético afectan a la nariz y a las orejas, se mueven, se pueden caer, se pueden rallar…de hecho es muy común ver niños con gafas llenas de esparadrapo. También hay que tener en cuenta que en ocasiones algunos niños no empatizan y no comprenden los problemas que pueden tener otros niños y éstos terminan siendo motivo de burla. A un niño obeso se le llama gordo, boliche, etc., lo mismo ocurre con un niño que lleva gafas, se le llama gafotas, cuatro ojos, etc.

Diferentes graduaciones

El tema de la mofa y la burla es algo que puede afectar psicológicamente al niño y acomplejarlo, y en estos casos las lentillas infantiles pueden ser de gran ayuda. Además, como ventajas añadidas hay que indicar que las lentillas permiten diferentes graduaciones y resultan mucho más seguras e higiénicas siempre que se manipulen adecuadamente.

Son muchos los beneficios que proporcionan y es interesante tenerlas en cuenta a la hora de corregir algún defecto de la visión, ya no es como antaño, las lentillas son ahora un producto muy asequible. El oftalmólogo debe recomendar las lentillas más adecuadas para el niño en función de su tolerancia, ya que dependiendo de cada individuo se aplican un tipo de lentillas u otro.

Indicaciones


Si tienes claro que tu hijo comience a utilizar lentillas, será interesante tener en cuenta una serie de consejos:
Si hay clara indicación médica, por ejemplo un ojo vago (lo que los oculistas llaman ambliopía) se hace necesario comenzar a usarlas lo antes posible.
La indicación ‘social’ para mejorar la integración del niño en el entorno escolar. Aunque será preferible que esta se haga sobre los 10 años. No obstante, dependerá de cada caso.
Si practica deporte, es bueno utilizarlas para que el niño se sienta más cómodo. Pero habría que valorar el tipo de deporte y la madurez escolar
En cualquiera de los casos, hay que procurar que el niño sea independiente para el manejo de sus lentes de contacto. Por ello, especialmente en edades más tempranas, están indicadas específicamente las lentes diarias, ya que evitan posibles contaminaciones por poco rigor en la higiene de manos y estuche.

Os remito a un blog interesante donde se reflexiona si las lentillas son buenas para los niños o no.

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